viernes, 13 de julio de 2012

Enhorabuena "Tarrina" (y esposa)

Joder, que vergüenza. Casi cuatro meses sin actualizar el blog. Y no será por falta de material, especialmente "político-económico-social". Lo tengo más que comprobado: hay una relación "causa-efecto" en la publicación de mis entradas en esta bitácora. En las épocas en las que consigo leer algo con cierta regularidad, me surgen ideas para publicar. Y en los momentos, cada vez más habituales por desgracia, en los que no tengo tiempo (ni hago por buscarlo) para devorar lectura, la mente se constriñe y no da para nada digno de exposición.

Y a día de hoy sigue siendo así, por lo a falta de iniciativa propia, he decido fusilar un pequeño texto confeccionado hace algunas semanas por una buena amiga. La ocasión lo merecía: otro buen amigo, bonvivantero to the max, pasaba por vicaría (bueno, no es del todo cierto, ya que el buen chaval solo se acerca a las iglesias para mear en la pared de la misma, práctica muy recomendable). Ese texto fue leido durante la ceremonia, y es el que aquí reproduzco.

Enhorabueba a tod@s, tanto a los nuevos esposos como a la autora del texto.


Ha querido el guión de la 2ª parte de esta película repartirme el papel secundario de escribir unas palabras a los protagonistas… así que espero ser candidata a un Oscar... el de consolación me vale….


Empezaré diciendo que admiro a Leticia, vivir con David se me antoja “un poquito” complicado. A David no le gustan las buenas costumbres, ni las normas, ni el conformismo, no le gustan los estereotipos, pasa del qué dirán y su humor no siempre es bien aceptado… Así que antes de conocer a Leticia sabía que tenía que ser diferente, porqué  David también es una de las personas más exigentes que he conocido.

Y efectivamente, es diferente; cuando la conocí, pensé: "Félix Rodríguez de la Fuente, Noé y San Francisco de Asís no le llegan ni a la suela del zapato". Chinchillas, hurones, perros y caballos…. en su casa sólo falta la Ovejita Lucera, pero tanto la Ovejita Lucera, como el resto de los animales caben en su corazón (y quizá por ese motivo lo tenga tan grande). No sé si fueron sus animales los que la contagiaron la naturalidad para decir lo que piensa, la valentía para defender la causas justas, la alegría, la ilusión y la simpatía, o bien las traía de fábrica; lo que está claro es que como buena soñadora, le acompaña ese aire de despistada por el que puede que no te salude, o incluso por pura timidez, y pese a que no cambiaría su caballo ni por el diamante más grande del mundo, sería capaz de regalarlo si un amigo lo necesitase, y de entre todas estas virtudes mi preferida es la de la facilidad que tiene para volver loco a David y conseguir que él esté encantado con su vida.

Porqué David no es fácil, salvo en algunas ocasiones. Por ejemplo: si le pillas en Fiestas con la camiseta rota, llenito de lamparones de arriba abajo y le pides la cartera, te la dará; es más, al día siguiente no recordará quien la tiene. También vale las veces que sale a comprar el pan y te lo encuentras a las doce de la noche, la una o las dos de mañana, no ha vuelto a casa, se ha comido el pan y también te dará la cartera. Puede darle por parar el tráfico en el antiguo "Snow Bar", sin que consigan echarle ni con cubos de agua y montar un atasco que llegue a Los Molinos…. Te puede dar un bufido, un palmetazo que te deje dolorido una semana, hacerte una crítica en la que se rían todos menos tú…. con él puedes terminar en Tombuctú, en el cuartelillo, bañándote en una piscina cualquiera de alguien (conocido o no)…. Un angelito… por cierto, fue una buena idea vestirle de Cupido en una de sus (múltiples) despedidas de soltero. Al parecer decidió aprovechar el disfraz, pedir dinero y más de uno, de dos y de tres le dieron pasta….

Como decía, con este Angelito, capaz de vivir 500 noches en un día, he discutido mucho y nos hemos reído más, tengo que decir que cada día me enseña a mirar la vida de otra manera y que detrás de la camiseta rota, hay una mente poderosa... y que me gustaría tener la mitad de la seguridad que tiene en si mismo. Que sus valores son mejores que los de cualquier religión que conozcamos. Que me ha protegido, apoyado, regañado y comprendido. Que la palabra amigo para describirle se me hace pequeña. Me prohibió ponerme sentimental, pero “esta vez” he decidido no hacerle caso. 20 años no son nada, pero después de 20 años sé que es parraó de corazón, que hablar de dinero le parece una vulgaridad, que vive intensamente, que su color es tirando a rojo, que no puede evitar blasfemar y sé que su personalidad no la conforman sus apariencias (nooooooo); lo que realmente tiene carácter es su corazón, su nobleza, e integridad, y que para describir lo que hay detrás de su fachada, la verdad es que falta tiempo y palabras.

Gracias pareja, por ese arte que manejáis, y al resto y, como diría el Telesilla de Cercedilla “no te enrolles Charles Boyer”
 A.C.C.