jueves, 3 de marzo de 2011

Esos pequeños placeres

Qué la felicidad (y la tristeza) continuadas en la vida constituyen un imposible, es algo obvio. Es por ello que aconsejo ser consciente y disfrutar de “esos pequeños momentos de placer” que de vez en cuando se nos presentan. Y no por ser pequeños y hasta un poco “chorras”, dejan de tener su encanto.

Situación 1: Ayer por la tarde recojo a mis bestezuelas de casa de su abuela, y nos dirigimos a comprar “reservas capsulares de Nespresso”. Nos presentamos por tanto en la elegante tienda del Pso. de La Habana. Casualmente ayer iba ataviado “de romano” con traje y corbata, con lo que hago un más que perfecto juego con el local y la zona. Un amabilísimo dependiente toma nota de mi pedido de café,  me lo sirve, y, como es habitual, me ofrece tomarme uno allí mismo, cosa que acepto. Yo apoyado en la mesa, degustando un descafeinado intenso, luciendo palmito y elegante indumentaria, con los críos engullendo una pastilla de chocolate, …me da miedo reconocerlo, pero me sentí un pequeño burgués plenamente feliz.

 

Situación 2: Hoy, a eso de la una de la tarde, huyo por un momento del entorno laboral que conforman mi oficina, con su mesa, su silla, el ordenador y mi menopaúsica compañera para acercarme a “hacer una gestión en el banco”. Tras hacer trasvase de unos pocos euros de un banco a otro (si puedo evitarlo me niego a alimentar de comisiones a ese nido de ratas que son los bancos), vuelvo camino de la oficina y decido que bien puedo tomarme una caña. Entro en un primer bar, del cual huyo en seguida tras comprobar que, aunque la ley antitabaco se cumple, no sería mala idea sacar otra ley obligando a instalar potentes extractores para eliminar las humaredas pestilentes provocadas por las cocinas. Entro en un segundo bar, esta vez ya sin malos humos, y me encuentro ante una refrescante caña de cerveza con su tapita. Hoy, igual que ayer, aunque sin el traje, sin la corbata, y en un tan poco pequeño burgués barrio como es Canillejas, me he vuelto a sentir sentido plenamente feliz.