martes, 4 de enero de 2011

Sin malos humos

Pues sí, ya está en vigor la cacareada Ley 42/2010, más conocida como Ley Antitabaco 2011. En ese sentido he recordado cuando hace casi dos décadas nuestras autoridades madrileñas se pusieron serias con el consumo de mandanguita en establecimientos públicos. Por aquel entonces, muy habitual mi presencia en ambientes nocturnos, si me dio lástima ver como la muchachada debía salir a la calle para disfrutar de los vahos cannabicos.

Han pasado casi veinte años, y la prohibición de "generar vahos" en establecimientos públicos ha alcanzado también a los fumadores de tabaco "sin mezclar". En este caso no tengo por menos que aplaudir la medida, pero reconozco sentir un poco de lástima por ciertos fumadores que si han demostrado ser tolerantes durante estos últimos tiempos, pero NO por otros tantos que:

  • En un recinto cerrado no público o una casa ajena, encendían el pito y esperaban a ver si alguien les decía algo (cosa que generalmente no ocurría precisamente por tolerancia de los no fumadores).
  • Se negaban por principio a comer o cenar en grupo en establecimientos para no fumadores, aun cuando fueran minoría de incluso una sola persona: “Yo, si no se puede fumar, no voy”.
  • Nos reprochaban a los no fumadores que, al quejarnos por inhalar el humo del tabaco ajeno, soltaban aquello de “pues bien que vas a bares, restaurantes y establecimientos de ocio nocturno en los que sí se puede fumar”. Como si hubiese existido alternativa hasta hoy.
  • Los que no podían evitar echarse el pito entre plato y plato comiendo en un reducido establecimiento de menú.
  • En vez de apagar correctamente la colilla y tirarla en un sitio adecuado, la arrojan sin apagar (y a veces casi sin consumir) en mitad de la calle, dejándola sembrada de una asquerosa simiente. Lo malo de esta actitud es que si se verá favorecida con la nueva ley, convirtiendo las puertas de los bares en zonas bastante repugnantes (como hasta ahora ocurría con las puertas de los centros de trabajo y similares).
Queridos fumadores, lo siento, pero ya ha llegado el momento en el que los que no lo somos podamos comer y beber sin estar atufados por el tabaco. Ha llegado el momento en que no tengamos que lavar unas prendas usadas durante unas pocas horas por el pestazo insoportable que desprenden. Ha llegado el momento en que podamos entrar con nuestras criaturas a tomar una fanticola en establecimientos libres de humos.

Y queridos fumadores, como todo no es en contra vuestra, si estoy de acuerdo con vosotros en que me toca las narices que las autoridades se preocupen por mi salud, o que la Pajin actue de "Big Sister" y propugne el chivatismo. Yo también veo con buenos ojos ejercicios de insumisión como este:


Incluso a pesar de todo compartiremos espacios comunes con la aparición de las “terrazas de invierno”, acondicionadas con calefactores de exterior. Ahí sí que como no fumadores podremos tener la libertad de compartir (o no) mesa, mantel y copa con vosotros, libertad que hasta ahora no teníamos. Y por cierto, que los establecimientos hosteleros no se preocupen con la implantación de la nueva ley. El pasado domingo, ya con la ley en vigor, tuve que dejar de entrar hasta en 4 bares distintos porque estaban llenos.

Por último, lanzo una pregunta para habituales de puticlubs: ¿tampoco se fuma ya en estos establecimientos?. Eso sí que sería una importante pérdida de la esencia natural de dichos locales.