jueves, 13 de mayo de 2010

Sigo soñando

Acabo de llegar de Neptuno. Bueno, no solo de allí...



Realmente acabo de llegar de comer con dos de mis orcos favoritos, de haber estado vigilando a los hijos de mi novia (probablemente sean mios también), de haberles higienizado convenientemente con su baño cuasi diario, de haber embutido a Pablete en la camiseta rojiblanca, regalo del yayo, de haberle instruido en la letra y música del himno del Glorioso, de ir raudo y veloz al bar de Manolo , de reencontrarme con los orcos antes citados, acompañados de otros tantos personajes embutidos en franjas rojiblancas. De haber sufrido como un perro durante 120 minutos y ver como un uruguayo conseguía que los siervos del gleba nos sintiéramos amos por una vez frente a otros mucho, como por ejemplo, el incoloro e insípido señor feudal...

En resumen, en momentos como este entiendo en parte la irracionalidad religiosa de algunos, pues el sentimiento que me acompaña ahora mismo sea probablemente comparable con el éxtasis de una beata ante las apariciones marianas en El Escorial.

Es irracional, pero estoy radiante. Y quien sabe, dentro de una semana, quizá estaré aún más radiante. Sobre todo sabiendo que estaré allí.

Bendito Aleti. Forza Aleti,