viernes, 3 de abril de 2009

For Those About to Rock

No hay dos sin tres. Este humilde servidor de vdes. ya acudió a la cita en Las Ventas (año 1996), y a la del "precalcinado" Palacio de Los Deportes (año 2000) para recibir una adecuada dosis de riffs clásicos y básicos lanzados por el combo de las cuatro letras. Pero no por ello he renunciado a asistir esta pasada noche al nuevo Palacio de Los Deportes madrileño para confirmar y comulgar con el disfrute del vendaval diabólico.

¿Y por qué no? ACDC han supuesto para una gran mayoría ser como esa abultada y experimentada amante que nos enseñó a conocer y a disfrutar de ese acrónimo denominado R'n'R. A pesar de la fama y popularidad de ACDC en nuestro país, que conllevó el paradigma de "grupo heavy metal" por excelencia, ACDC fueron y son la esencia del Rock 'and' Roll como banda modélica de dicho "fenómeno juvenil". Esta pasada noche he podido ver a personal portador de trazas no solo jevis, sinó también punks, rockers, mods, rockeritos, oficinistas, secretarias, funcionarios, plebe, hipotecados, cornudos, putas, parados, maricones, plebeyos y pijos aullando bajo los acordes y las estrofas del cancionero que nos ocupa.
Y si nos centramos en el bolo, ¿qué podemos decir?. Empecemos por el hecho de que "La imperfección es la marca de la evolución, no la de ldiseño consciente", tal y como consta en el magnífico artículo de Gonzalo Pontón en "El País". ¿Por? Fácil... Si el lector de esta humilde bitácora quiere modelos de rockeritos guitarreros piroparirenses, sus gustos diferirán de los míos, ya que apuesto por el feeling (vs la técnica) de Keith, de los dos Johnnyes (Ramone y Thunders), del maestro Chuck, de Mr. Bo, y... por supuesto... de Angus...



Seguimos con vagedades... ¿qué cojones decir sobre el concierto? Repito, comparable con esa querida vieja novia con derecho roce. Las turgencias se han visto reducidas a medios tiempos que no hacen olvidar las espirales orgásmicas que se mantendrán hasta que la tierra le llame a uno. Los hermanos Young cada día me recuerdan más (físicamente) a mi abuelo y a su hermano (sin garrota, pero con guitarras)... ¿y qué?... Alguien decía que dentro de una persona obesa había "un ser pequeñito y delgado, que era realmente ella misma". A ellos les pasa igual. A tí te pasa igual. Y a mí me pasa igual... por dentro sigo siendo ese barbilampiño malasañero con flequillo que salta y aulla con continuadas dosis de tres acordes...


Espero morir antes de ser insensible...