lunes, 1 de junio de 2009

UPyD

Durante mi paseo vespertino por el barrio, un aseado muchacho me aborda, carpeta en mano. Impecable corte de pelo, afeitado perfecto,gafapasta y gesto afable. ¿Quién será?, ¿un voluntario olímpico de las huestes gallardonianas? ¿Un dirigente de Greenpeace? ¿el presidente del club de fans de Coldplay? ¿un miembro de alguna nueva iglesia surgida de no se sabe donde?...

Finalmente el zagal me entrega un pliego de papel y sigue con su
reparto. Al ver la rosada cabecera del pliego, una nueva alternativa me viene a la mollera: "Claro, será algún activo miembro del COGAM". Pues iba a ser que no...

Bajo el título "La alternativa de Europa", descubro que se trata del diario de campaña para las próximas elecciones europeas de Unión Progreso y Democracia, el partido de Rosa Díez, paradigma del quesuperguaysoy político. Venga, me digo, intentemos hacer una lectura objetiva del papelín.

En primer lugar leo el artículo en el que se incluyen los comentarios del número 1 de la lista: Un tal Paco Sosa, a la sazón catedrático de Derecho Administrativo (¡pobrecito mío!) por la Universidad de León, y con pinta de hermano postizo de los Schwartz. Entre él y su jefa Rosita no aportan nada con enjundia en el texto: que si son una fuerza europeísta por excelencia, y que velarán por potenciar el interés general de España frente al fraccionamiento que sufre tras el "inicio del banquete estatutario sin un acuerdo previo entre los comensales". Volvemos a la misma cantinela de UPyD y de otros tantos: España se rompe. Aunque repetida hasta la saciedad, esta afirmación me sigue resultando chocante.

En efecto, tal y como ya he comentado anteriormente, creo que el caso español puede considerarse un tanto especial al de otros estados europeos. Dejando atrás viejas reivindicaciones históricas nacionalistas, el "problema español" surgió con el café para todos adoptado a raíz de la constitución de 1978. Fue un mal menor, justificado por las circunstancias del momento, pero que en la actualidad estamos pagando con intereses.

Resultado: si bien el proyecto del estado español no está realmente en peligro, si es cierto que resulta como una planta que requiere constantes cuidados. Una planta razonablemente crecida y madura, con brotes de diversos tipos, con esquejes, acodos e injertos, con algún que otro capullo, y que como digo requiere de un control por parte de jardineros expertos que la conozcan y la sepan cuidar y mantener. Algunos ven la
planta como un todo, pero no se dan cuenta que hay una serie de ramas mayores que se desarrollan, al menos en parte, tomando diferentes direcciones que el tronco principal. Unos jardineros pensarán que lo mejor sería anudar fuertemente esas ramas al tronco principal para encauzar su crecimiento. Otros sin embargo abogarán por la poda de esas ramas díscolas. No seré yo el que desde aquí pretenda emitir un juicio ejemplar a este respecto, pero de lo que si está uno mas que harto es que la cantinela de que hacer y como tratar a las dichosas ramitas sea el conducto principal de la vida política española: Apostemos por contemplar y disfrutar de la planta, una planta inevitablemente cambiante,
y que por más que le hierva la sangre a muchos, no tiene porqué ser igual que hace 20, 50 o 200 años.

Siguiendo con el tema que nos ocupa, la lectura del diario de campaña, el resto de los artículos apenas tampoco destacan nada, salvo quizá el de Carlos Martinez Gorriarán, al identificar a UPyD con un modelo "transversal, laico y progresista". Me centro en la idea de transversalidad: Si ya desde hace décadas venimos observando modelos de partidos políticos catch-all, la apuesta "a mas todavía" de UPyD de plantear ese modelo catch-all dentro de sus propias filas me chirria. La ventaja que tenemos los votantes es que en distintas convocatorias electorales podemos cambiar nuestro voto dentro de un espacio ideológico mas o menos amplio. Todos como ciudadanos podemos y debemos establecer
nuestros propios criterios en base a una adecuada selección del bombardeo mediático que recibimos, y llegar a conclusiones propias. Esas conclusiones pueden y deben ser heterogeneas, alejadas de estrechos dogmatismos, pero sola y exclusivamente a nivel personal, nunca a nivel de un partido político. Mucho me temo que a día de hoy, en el improbable caso que UPyD alcance alguna parcela de poder ejecutivo, esa transversalidad de la que tanto presumen les causa una mala jugada en forma de "nido de grillos".

Por último, y no menos importante en mi opinión, en el diario de campaña apenas se hace mención a ETA. Felicitaciones por ello a UPyD. A ver si es verdad que empiezan a madurar y a reconducir su leif motiv para que deje de estar basado como piedra angular en la organización terrorista.

Epílogo personal: No se si votaré el próximo día 7. En caso afirmativo, desde luego no a UPyD. Y, quien sabe... como mi querido Bukowski, no descarto pelear a la contra.